Explosionó en 2021 como uno de los conceptos más de moda y tendencia en lo que a innovaciones se refiere, y lógico con la cantidad de dinero que se ha tragado. Pero, ¿hemos vendido -o comprado- la piel del oso antes de cazarlo?
La conocimos como una nueva realidad que iría empapando nuestra forma de vida, sin embargo, ese nuevo mundo virtual todavía no solo hace eco sino que parece que la sociedad no está demasiado entusiasmada, metaverso le suena a “bla bla bla”, ¡rollo!
Metaverso se llenaba la boca presentándose como un entorno inmersivo en el que no solo de jugar sino también trabajar, comprar, estudiar e incluso a nivel sanitario. Sin embargo, a efectos prácticos, tan solo plataformas como Minecraft, Fortnite o Roblox -que incluso tienen más de juego que de “vida metavérsica”- pueden presumir de resultados y popularidad. Más allá, el metaverso como concepto desligado al juego, parece que no solo no arranca sino que le falta mucha gasolina.
“No hay un acuerdo sobre qué es el metaverso, aunque una empresa cambió su nombre antes de definirlo”
Eric Schmidt, Ex-CEO de Google
Tanto es así, que según una encuesta realizada por Axios y Momentive, tan solo el 7% de usuarios en EEUU muestran entusiasmo con el metaverso, a casi un tercio lo que les sugiere es temor, y para el 58%, pura indiferencia.
Y este “ghosting” particular del sector no gamer luce bastante en la caída abismal de tokens de grandes representantes del metaverso como Decentreland, que ha caído a 13$ en comparación con los 150$ de noviembre del pasado año, o Sand, cuyo valor apenas sube del dólar.
La burbuja crece, ¡continúa la inversión de marcas!
No obstante, este incierto panorama no desanima a empresas y marcas como Gucci, Nike o Hana Bank, que continúan invirtiendo en su presencia en metaverso.
Pero, ¿realmente es rentable? En palabras de Mango, “es un tema de marca”. La compañía textil no ha monetizado de momento sus NFT, pero hace predicciones ya sobre una tienda en este nuevo mundo para los próximos 5 años.
De hecho, el propio Meta reconoce que los resultados de sus inversiones en metaverso podrían no comenzar a verse hasta dentro de 15 años, momento en el que habrá que hacer uso de aparatos futuristas como auriculares o gafas de realidad virtual, que por cierto, quizá para entonces ya no sean gafas, ¡sino lentes de contacto!
Las empresas que apuestan por estos entornos como una vía para conectar con nuevos públicos y mostrar su músculo innovador, pero de momento parece que el plan es estar de brazos cruzados a la espera de que suene el “clin clin” de nuevo cliente cruzando la puerta de entrada.
Veremos cómo se van desarrollando los acontecimientos, pero de momento todo apunta a que quizá lo más prudente sea invertir o experimentar en estos nuevos entornos manteniendo los pies en la tierra. Porque, como dice Genís Roca, “Internet tiene oleadas que, cuando llegan, como las del mar, tienen mucha espuma y tontería”.