Las plataformas que definieron el concepto de " redes sociales " en la última década han quedado relegadas a un segundo plano y se han visto desplazadas por otras plataformas y sus propios modelos de interacción en línea. Mark Zuckerberg acaba de anunciar que Meta va a despedir a 11.000 empleados, mientras Elon Musk se esfuerza por salvar Twitter, y la humanidad…
Si bien plataformas como TikTok, YouTube y Twitch todavía crecen, también es verdad que estas son cada día menos redes sociales y más servicios de difusión unidireccional dependientes de algoritmos.
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Facebook, lógicamente, ha implosionado tras años de escándalos. Instagram, aunque todavía es utilizada por muchos, en general también es odiada por mostrar un exceso de publicidad en lugar de, ya sabes, a tus amigos.
Twitter se enfrenta actualmente a la amenaza de un éxodo masivo tras la adquisición de Musk, pero un informe filtrado al que ha tenido acceso Reuters indica que esencialmente ya es un cementerio. El 10 por ciento de los usuarios representan el 90 por ciento del tráfico, y los "heavy users" ni siquiera publican todos los días.
Actualmente tenemos YouTube, TikTok, Twitch y un sinfín de plataformas de streaming que sustituyen la estructura más rizomática de la conversación polidireccional por un modelo de difusión unidireccional.
TikTok, que ya es la primera o la segunda página web más visitada de Internet, es nominalmente un "medio social". Pero aunque cualquiera puede hacer TikToks, la realidad es que la plataforma está diseñada para el consumo pasivo del que ha emergido un modelo de difusión unidireccional basado en influencers y celebridades. Instagram también se mueve en esta dirección, a pesar de que los usuarios parecen odiarlo.
Podemos llorar el fin de las redes sociales y debatir las razones de este cambio. O podemos aprovechar el momento y decir las cosas por su nombre. Las redes sociales nunca existieron. Desde hace años, nuestras redes sociales ya no son canales de publicaciones de amigos y personas a las que hemos decidido seguir. En su lugar, el contenido vemos es el que seleccionan algoritmos inescrutables y cambiantes eludidos por anunciantes que pagan para publicitar sus productos.
Nuestras redes sociales realmente se han convertido en una absurda herramienta que entumece nuestras mentes. Una herramienta diseñada solo para aumentar y mantener el engagement y el tiempo en página y generar datos para poder venderlos a los mejores postores. La construcción de comunidades conectadas para colaborar o comunicarse de forma descentralizada fue una bonita utopía, que duró los 15 minutos que tardaron los VC’s en meter sus millones.
